Esta semana ha sido entretenida y tranquila. La semana en la que
estoy envuelto ahora mismo es la semana de lectura oficial y nadie tiene clase excepto
yo pero para compensarlo la última semana solo tuve una clase el martes. La
semana a nivel académico, por lo tanto, la han dominado las babosas... que por
fin he acabado. Me he pasado la semana leyendo, escribiendo y echándole muchas
horas pero afortunadamente he entregado esta mañana la versión definitiva. Y ya
puedo oficialmente saltar a los parques dublineses con un salero en la mano.
Como parte del máster también tuvimos que ir a una conferencia
dada por la alto comisionado para el medio ambiente de la Unión Europea, lo
cual fue un bodrio y una pérdida de tempo porque como era de esperar habló bien
poco de problemas ambientales verdaderamente graves y se dedicó a echar flores
a la UE por tirar del carro de las demás potencias para que cumplieran Kyoto.
Que no es que sea mentira, pero no es suficiente ni mucho menos...
El martes me metí un palizón importante porque tuve que entregar
un borrador de las babosas a mi supervisor que al corregirlo no me hizo ninguna
corrección general ni me propuso nada sino que simplemente corrigió mi inglés
escrito (que por cierto, es mejor de lo que yo pensaba). En cualquier caso,
gracias al cielo, el borrador estuvo a tiempo antes de la gala de Haloween para
posgrado, que como es lógico se celebró el miércoles en un hotel del centro.
Una fiesta la mar de cutre porque solo nos dieron una copa de champagne de calidad
más que dudosa (dudosa no, malo de solemnidad), nos cobraban las copas a cinco
euros y se les acabó el whisky en media hora (en una fiesta... en Irlanda... no
hay más preguntas, señoría). El sitio me cansó pronto y me fui con otros amigos
y una supuesta experta en Dublín que conocí en aquel momento que nos llevó al pub
más caro que pudo encontrar, donde me quisieron soplar 5 euros por whiskey solo
y 8 por Gin&Tonic, cifras absolutamente desorbitadas en esta ciudad y que
naturalmente no pague dada mi situación de bancarrota.
También salí el viernes, antes de darme la penúltima paliza con
las babosas, para celebrar el cumpleaños de Dustin, lo más parecido que tengo a
un hermano por aquí. Intentamos ir a un pub con mucha solera nombrado en honor
de Bernard Shaw pero estaba muy lleno y nos tuvimos que conformar con el
también maravilloso Bleeding Horse. Es uno de estos pubs que se ven por aquí,
que son como con patios cerrados gigantescos con escaleras y pasarelas para
acceder a distintos niveles, con cinco o seis barras... los patrocina Carslberg
y por eso se enorgullecen de ser "probablemente, el mejor pub del
mundo", y desde luego es de los mejores diez en los que yo he estado
nunca.
Y el fin de semana tocaba excursión, y esta vez con compatriotas
(yey! que falta hace de vez en cuando), y Dustin. Los hombres salimos tarde
porque tuve que tragarme un bodrio teórico de submarinismo esa mañana y otro
curso de llenar botellas con compresores. Corrimos como en la vida para coger
el tren pero llegamos a tiempo para disfrutar de unas horas en Belfast esa
misma tarde. Cuando llegamos la ciudad estaba desierta, como casi siempre, a
pesar de que era sábado por la noche. Todas las oficinas de cambió estaban
cerradas y nos costó una eternidad encontrar el hostal porque aparentemente hay
que registrarse en un edificio sito a más de diez minutos andando del lugar en
el que duermes (muy lógico). Y luego encontrar otro sitio para cenar fue una
odisea. Acabamos en Nando's, una cadena muy célebre en la isla en la que
teóricamente sirven comida portuguesa pero picante (que no es algo muy a destacar de la comida portuguesa) y tirando a mala. Luego fuimos a disfrutar de la (teóricamente) alocada vida nocturna de Belfast. Hay pubs muy chulos, como los dos a los que fuimos: Auntie
Annies y Filthy McNasty's. Sobre todo el segundo fue muy de mi agrado. Era
un pub en plan bohemio con decoración más que rara y una banda de como de jazz
fusión que versionaba clásicos como la grandiosa "High & Dry" o
"Satisfaction" en un tono muy original y alargando las canciones hasta
límites insospechados. El pub era raro porque estaba conectado a otros. Y si
entras a otro luego el retorno al anterior es imposible si no sales por otro
lado a la calle y luego vuelves a entrar (sigo sin entenderlo dos días
después).
En el Ulster, igual que pasaba en Munster, las bebidas también
tienen cierta identidad. Aquí la Stout de turno es Beamish, que es fácil de
encontrar en toda la isla porque es más barata que Guiness pero desde luego
mucho peor, aunque se deja beber Y el whisky del Ulster más famoso es Bushmills
y también es muy corriente en la república. Me tomé un par de éstos últimos
aquella noche y tiene un sabor muy bueno ya que es un whiskey fuerte tanto en
sabor como el graduación pero es intenso y agradable.
En Irlanda yo tomo el whisky con hielo mientras que en España
normalmente lo tomaba con Sprite o con Coca-cola. Cualquiera que lea ésto
pensará que qué purista soy y que qué snob me he vuelto porque me bebo el
whisky solo pero el caso es que por tomarlo "On the rocks" soy un
sacrílego porque el Whisky en las islas británicas se toma solo. De hecho, el
viernes en The Bleeding Horse estaba hablando de estos temas con mi compañero
de piso norirlandés y me dijo que el siempre bebía whisky solo (y siempre
Jameson). Yo le comenté que yo lo hacía con hielo y su respuesta fue tajante:
"Has muerto para mí".
Por la mañana visité la zona del Titanic, una zona renovada del
este de Belfast donde han construido un museo enorme sobre la tragedia, la ingeniería,
la construcción... El edificio está inspirado tanto en el barco como en el
iceberg y a mi parecer está muy conseguido. Tienen placas conmemorativas, las
exclusas de construcción las han transformado en una plaza ajardinada... No
visité el museo pero definitivamente lo voy a hacer a lo largo del año seguro.
De hecho espero poder llevar a cierta persona a la que sé que probablemente le
haga mucha ilusión verlo.
Acabé mi semana y mi visita a Belfast en un Black Taxi. Es el
típico taxi británico que aquí te llevan al Oeste de Belfast, la zona de la
ciudad donde "The troubles" fueron más graves y te cuentan un poco la
historia del conflicto centrándose en este paupérrimo barrio. Yo ya había
estado en West Belfast y lo recuerdo impresionante pero yo creo que vayas las
veces que vayas es un lugar que sobrecoge y te hace pensar mucho. Cuesta crees
que en Europa exista un sitio así. Tanto es así que he decidido hacer una
entrada especial del blog solamente para hablar del West Belfast y explicar un poco lo que ha
pasado en el Ulster los últimos cincuenta años. Así pues, estad dispuestos a
saber más de mi el jueves o el viernes. Espero no defraudar.
Peace Out!
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